Nuevas inmigraciones, ecos de un pasado que nos habita
Quizás muchos hayan pensado cuanto nos traen los inmigrantes venezolanos de nuestro trauma familiar y colectivo. Ellos vienen con el dolor de lo que dejaron atrás y a quienes quedaron allá pasando necesidades básicas, vienen con la culpa de irse y salvarse cuando otros se quedan y perecen, encuentran la dificultad de ser extranjero, de tener que adaptarse a una sociedad diferente, han venido con lo poco que podían traer en una valija, dejando su casa, su título profesional, su cultura, su clima, su gente… ¿Como es para nosotros ver ese trauma agudo del desarraigo que nuestros abuelos y bisabuelos han vivido? ¿Cuanto nos permitimos hacer consciente esa herida en el propio sistema que muchas veces no fue llorada, sentida, respetada, honrada? ¿Cuánto de lo que hoy nos separa en la sociedad es aún secuela de aquella separación trágica y no elaborada? ¿Cuántas de nuestras crisis económicas no son los vaivenes que muestran nuestra deuda con los nativos que fueron diezmados para hacer espacio a los inmigrantes?
El trauma colectivo y familiar no está en el pasado. Es presente en un pasado no elaborado que si no es re significado se vuelve condena o destino. Ahí nuestra posibilidad de hacernos libres: Con conciencia y corazón!
Dra. Verónica Molina.